Durante siglos, los peregrinos han seguido los trillados senderos del Camino de Santiago que serpentean a través de la España rural hacia Santiago de Compostela. Ya sea que elija recorrer todo el tramo o pasar solo unos días siguiendo los icónicos marcadores de conchas de vieira, esté preparado para una experiencia transformadora: los extraños se hacen amigos a lo largo del Camino, intercambian historias y comparten información local y delicias culinarias al final de cada jornada.
La localidad de Tudela, en Navarra, es uno de los tesoros del Camino del Ebro. Esta ruta de peregrinación discurre junto al segundo río más largo de España antes de unirse con el Camino Francés, mucho más transitado.
Cuando esté en la ciudad, asegúrese de entrar a la famosa catedral a través de la Puerta del Juicio, con sus dramáticas representaciones del fin del mundo que han asombrado a los peregrinos durante siglos.
Mientras tanto, los lugareños llenan las bulliciosas terrazas de la Plaza de los Fueros y los mostradores de los bares exhiben productos frescos cultivados en las fértiles orillas del Ebro. Destacan las alcachofas, espárragos, pimientos rellenos y los exquisitos cogollos de Tudela. Párese en el bar de tapas José Luis o reserve mesa para un menú degustación en Trinquete.
A un corto paseo del Museo de Arte Moderno Muñoz Sola, detrás de los muros del siglo XVIII de la antigua Casa de Beneficencia, los huéspedes del AC Hotel Ciudad de Tudela pueden disfrutar del romántico jardín amurallado o relajarse con la sauna y el baño turco, necesidades del peregrino moderno.
Algunas personas en el Camino se inspiran en la idea de vivir un viaje espiritual; otros lo ven como una forma de descubrir el paisaje, historia, cultura y gastronomía de España. Para los amantes del vino, la ruta del Camino Francés por La Rioja ofrece una ventaja única para explorar una región mundialmente famosa por sus viñedos.
Muchas de las bodegas más populares se encuentran a lo largo de la ruta, con visitas guiadas y degustaciones de una nueva generación de enólogos. Bodegas Irache, incluso, ofrece una fuente de vino gratuita para los peregrinos sedientos que pasan por el pueblo de Ayegui de camino a La Rioja.
Este tramo del camino brinda pueblos pintorescos llenos de historia y leyendas. Haga una parada en Viana, primer municipio que encontrará desde Navarra, y luego, pase la noche en la capital, Logroño. A continuación, el itinerario pasa por Navarrete, famosa por su alfarería local, Nájera y su precioso monasterio, Santa María la Real, Azofra y, finalmente, la impresionante Santo Domingo de la Calzada.
Logroño es el corazón palpitante de La Rioja, con sus animadas calles, plazas repletas de árboles y arte callejero urbano inspirado en la uva.
La parte antigua rebosa de restaurantes que ofrecen pintxos, nombre vasco para denominar a las tapas. Estos sabrosos bocados, a menudo tan simples como una seta y una gamba ensartadas en un palillo, acompañan algunos de los mejores vinos producidos en España.
Es fácil pasar una tarde absorbiendo el ambiente que rodea la Calle Laurel. Alternativamente, deléitese con uno de los restaurantes con estrellas Michelin de la urbe, como Ikaro o Ajonegro. Pronto descubrirá por qué Logroño es conocida como un paraíso gastronómico.
El AC Hotel La Rioja, situado a orillas del Ebro en la zona universitaria, ofrece una base ideal para explorar las bodegas locales.
Dejando atrás los viñedos y fértiles paisajes de La Rioja y Navarra, el Camino se adentra en las vastas llanuras de Castilla y León. Esta parte de la ruta se conoce como la meseta, con sus campos azotados por el viento que se extienden bajo un cielo inmenso.
El paisaje atemporal se ve interrumpido por monumentos históricos que se encuentran en pueblos y ciudades. La principal de ellas es Burgos, antigua capital del reino de Castilla.
El AC Hotel Burgos se localiza a solo dos minutos de la catedral gótica de Santa María, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y lugar de descanso final del legendario héroe El Cid, caballero guerrero del siglo XI.
Pasee por bulevares arbolados a orillas del río Arlanzón. Asegúrese de probar delicias clásicas de la zona como sopa castellana, lechazo asado y morcilla de Burgos.
Esta antigua villa romana se encuentra a 309 kilómetros al este de Santiago de Compostela y ha sido durante mucho tiempo un punto destacado para los peregrinos de todo el mundo.
Las sinuosas calles del Barrio Húmedo, parte más antigua de la ciudad amurallada, se desarrollan alrededor de la vibrante Plaza de San Martín. Aquí, decenas de bares todavía ofrecen una tapa gratis servida con cada consumición.
Mientras socializa hasta altas horas de la noche, puede probar una amplia variedad de platos locales. Diferentes restaurantes sirven sus propias especialidades, como lengua curada, la reputada Cecina de León o cocido maragato, típico de la cercana localidad de Astorga. Para una comida o cena inolvidable, Cocinandos, con una estrella Michelin y junto al imponente Convento de San Marcos, presenta platos para el recuerdo.
A un corto paseo desde el AC Hotel León San Antonio se encuentra la catedral. Durante siglos, los peregrinos han quedado asombrados por su exquisita arquitectura gótica y una de las mayores colecciones de vidrieras medievales del mundo. Cerca encontrará la Casa Botines, un interesante edificio modernista obra de Gaudí.
A medida que el Camino Francés deja atrás las llanuras, serpentea a través de El Bierzo, una fértil zona en la frontera de Castilla y León, antes de entrar en Galicia.
Aquí estará de vuelta a otra famosa región vinícola, y una parada en el AC Hotel Ponferrada, cerca del impresionante Castillo de los Templarios, es la oportunidad para explorar uno de los rincones secretos mejor guardados de España, antes de continuar hacia su destino final: Santiago de Compostela.
Los peregrinos finalizan su viaje en la Plaza del Obradoiro, bajo las imponentes agujas de la magnífica catedral barroca. Muchos planean su llegada para asistir a misa, cuando el poderoso 'Botafumeiro' (quemador de incienso gigante) se balancea sobre la congregación lanzando ondas de humo denso y perfumado.
Desde la catedral pasee por el casco antiguo, repleto de restaurantes siempre abarrotados. El vino blanco local, albariño, combina perfectamente con especialidades gallegas como pulpo á feira, vieiras y distintas variedades de arroces. Pruebe un chuletón de ternera con guarnición de pimientos de Padrón en el Asador Gonzaba o saboree los mejores mariscos del Cantábrico en A Barrola.
Podrá adquirir estos productos locales en el Mercado de Abastos, a tiro de piedra del Hotel Palacio Del Carmen, Autograph Collection, que ofrece a sus huéspedes una estancia maravillosamente cómoda en un antiguo convento. Su impresionante jardín amurallado tiene vistas inigualables de las torres de la catedral, y su restaurante El Camelio combina recetas gallegas clásicas con técnicas culinarias innovadoras.
Publicado: Octubre 07, 2024
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