Viena, la joya más preciada del imperio austríaco
Con un pasado imperial grandioso y una vitalidad contagiosa, la capital austriaca seduce al visitante entre palacios, museos, jardines y teatros. Regálese un paseo en carruaje por las calles principales de Viena para descubrir su diversidad de estilos arquitectónicos y sentirá que ha viajado en el tiempo. Admire el Palacio de Schönbrunn, de estilo barroco, y sus refinados jardines; contemple obras de arte como El beso de Gustav Klimt en las espectaculares galerías del palacio Belvedere y haga una pausa en el ilustre Café Landtmann, frecuentado en su época por clientes tan distinguidos como Sigmund Freud y la actriz Romy Schneider. El imprescindible Museo de Historia Natural es perfecto para visitar en familia, al igual que la bella Casa de las Mariposas, con sus exóticos ejemplares volando en libertad entre cascadas y flores. Al caer la noche, pase una romántica velada en la Ópera Estatal o diviértase en una típica taberna vienesa.