Bosnia-Herzegovina le envolverá no solo con su belleza, sino con su rica historia rebosante de distintas culturas y religiones. En su capital, Sarajevo, respirará la convivencia entre Oriente y Occidente: recorra sus calles para visitar en un mismo día iglesias católicas u ortodoxas, sinagogas y mezquitas. La trágica historia reciente de la ciudad es palpable en el Túnel de Sarajevo, un elemento crucial para la supervivencia de los ciudadanos durante la guerra civil, cuya entrada se ha convertido en un conmovedor museo. A orillas del río Neretva, en el sur de Bosnia-Herzegovina, descubra la pintoresca ciudad de Mostar, que alberga el símbolo de unión de culturas de los Balcanes, el Puente Mostar. Si le entusiasman la arquitectura insólita, la historia otomana y los paisajes mágicos, explorar la Casa de los Derviches en Blagaj será una parada imprescindible en su viaje por los Balcanes.