Si está planteando una escapada a un país báltico, Lituania le deslumbrará con su imponente arquitectura medieval, renacentista y neoclásica, así como con sus búnkeres y museos de la época soviética. Admire los edificios típicos del Medievo, sorprendentemente bien conservados, mientras deambula curiosamente por el casco antiguo barroco de Vilna, declarado Patrimonio de la Humanidad. Haga una pausa en su recorrido para descansar las piernas y contemplar los puntos más característicos de la capital desde una de las terrazas de la colorida y amplia plaza del Ayuntamiento. Emociónese con la espontaneidad y la fortaleza de los lituanos al visitar la conmovedora Colina de las Cruces, símbolo de su independencia. ¿Desea rodearse de belleza natural? El Parque Nacional del Istmo de Curlandia, cerca de la ciudad costera de Klaipėda, le maravillará con su extraordinario paisaje formado por las dunas de arena más grandes de Europa.